domingo, 2 de junio de 2013

La Sanidad Interior

Hay personas que siguen atados al pasado; continúan atados a su adiccion y son víctimas de la depresión, dejándose dominar por sentimientos de rechazo, complejos de inferioridad, ataduras sexuales, temores, inseguridades, y además, arrastran maldiciones generacionales; por esa razón, necesitan recibir la sanidad interior y la liberación.

Al obtener una sanidad interior significa que vamos a ser libres de todo eso que nos oprimia y nos orillaba a poner anestecia a ese dolo, pero debemos entender que no fuimos nosotros los que con nuestro esfuerzo logramos ese cambio, porque si fuera asi entonces ya lo hubieramos logrado tiempo antes, la sanidad interior no viene de nosotros, el trabajo de la sanidad interior, de cambiar una vida, de transformar un corazon y regenerar una mentalidad es unico y exclusivo de nuestro Señor Jesucristo.

Lamentablemente, cuando se habla de sanidad interior,  se cree que tiene que ver con psicología y eso no es cierto. La Sanidad interior es el proceso mediante el cual una persona es liberada y sanada de heridas y de traumas del pasado producidas por otras personas o hechos. Estas heridas aun las que le impiden disfrutar la vida abundante en Cristo. Esto implica una transformación y una renovación de nuestra alma, voluntad, emociones y mente por medio de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.


La sanidad interior está relacionada con la persona y su pasado. En la vida emocional, no hay tiempo ni espacio. Lo que afectó a la persona en el pasado, haya sido en su niñez o en su vida adulta, tiene vigencia en el presente. Hay un dicho en el mundo que dice que el tiempo borra las heridas, pero eso es una mentira porque Jesús es el único que vino a sanar los corazones quebrantados,  Jesucristo pagó por completo, por aquellos que vienen con heridas del pasado, Él les sana y les da una libertad completa.

Las distintas etapas de nuestras vidas, en las cuales podemos recibir heridas, son en la edad prenatal, en la niñez, en la adolescencia, en la edad adulta y en la etapa matrimonial.

No podemos esperar que el tiempo borre las heridas, porque eso no sucederá. Solamente la sanidad interior, por medio de la Palabra y la unción del Espíritu Santo, nos hará libres.

"Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos». Lucas 4.18 

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